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jueves, 10 de junio de 2010


El perfil antisocial

En muchas sociedades, el comportamiento criminal es el que muchas veces tiene éxito y consigue beneficios. Incluso es admirado. El infierno en la Tierra deriva del nivel de tolerancia y aceptación de la corrupción existente en las sociedades pero mucho más del descuido hacia las personas antisociales.

Es obvio que las personas represivas o antisociales se hallan en casi cualquier profesión o área: en altas posiciones de instituciones o empresas. No sólo viven en antros sospechosos. Lo más preocupante en este tema es la manera en que pasan relativamente desapercibidas y quedan libres para hacer el daño, sea de manera encubierta o no. Y la mayoría consideramos o suponemos que es esencial poder reconocer y neutralizar a tal tipo de personalidad.

Paradójicamente, la historia, la literatura y el cine nos entretienen con la descripción y ejemplos de sus formas de acción pero somos incapaces de detectarlos en la vida real. Pareciera que no son una realidad y muchas veces están ante nuestras narices. Incluso conocemos regímenes y organizaciones caracterizados por el comportamiento represivo o antisocial. Pero aunque podemos reconocer la existencia de todos estos ejemplos es llamativo que las personalidades antisociales existen en la vida verdadera y demasiado a menudo no se pueden detectar a tiempo.

Por duro que parezca, allí donde las cosas parecen no estar funcionando bien, donde los accidentes y la enfermedad son frecuentes, seguramente prospera una o más personalidades represivas o antisociales. Los crímenes y los actos criminales sólo son cometidos o tolerados por personalidades represivas o antisociales.

Dado que la mayoría de las personas no son represivas ni antisociales ciertamente existe bastante desconocimiento o descuido acerca de las características que podrían delatar a tales personalidades. Caso contrario ¿Por qué prosperan en todas las áreas?

La personalidad antisocial se comporta así porque sólo ve a los demás individuos como enemigos.

Supone que su bienestar depende de mantener abajo a los demás y/o de mantenerlos ignorantes. Consideran ideal que la gente alrededor suyo se mantenga débil, obediente, temerosa y poco hábil. Esto es así porque ven como una inmediata amenaza para su seguridad el que otros se hagan más fuertes o más brillantes.

Recapitulando lo que la historia, la literatura, el periodismo y el cine nos muestran podemos especular acerca de las características y cualidades que, de poseerlas en su mayoría, podrían describir e identificar a una personalidad antisocial. (todos podemos tener algunas de estas características pero sólo un antisocial tendría la mayoría). Veamos:
Una persona antisocial o represiva no tendría ningún sentido de la responsabilidad. Consideraría a sus acciones como desligadas de sus propias intenciones. Diría "sólo sucedió". No tendría ningún sentido correcto de causalidad y no podría sentir ninguna culpabilidad, vergüenza o responsabilidad por lo que hubiera sucedido.

Una persona verdaderamente antisocial no respondería a la psicoterapia convencional ni se sometería voluntariamente a ningún proceso de cambio.

Tal persona únicamente comunicaría negativamente. Transmitiría principalmente malas noticias. Comunicaría con observaciones críticas u hostiles, con menosprecio y represión hacia allegados. Sería extraño hallar que una personalidad así emitiera elogios sinceros o transmitiera buenas noticias.

Tal persona hablaría solamente en generalidades, evitando especificar fuentes. "dicen…" "todos piensan que…" "todos saben…" etc. También estaría habituada a pasar rumores, como un especialista del “chisme" o el "portador” de los peores o el típico "fabricante de rumores". Todo ello describe muy bien a tales personas. Si presionamos un poco a tal persona pidiéndole que especifique "¿quién es todos?" en el chisme, seguramente descubriríamos que apenas era una persona, conocida o no. La persona antisocial armaría el chisme y fingiría que era la opinión dominante de la sociedad o de un grupo.

La persona antisocial alteraría - para empeorarlo - cualquier mensaje que pase por él o ella como intermediarios. Demoraría o detendría las buenas noticias y solamente haría circular las malas noticias, a menudo empeorándolas.

Alrededor de tal personalidad hallaríamos enfermedad y “humillación” en los allegados, amigos y asociados. Los veríamos fracasando en la vida; recibiendo menosprecio por cualquier pequeño éxito.

Los individuos relacionados con un antisocial causarían problemas a otras personas. No tendrían ninguna estabilidad ni progreso sino recaídas y estancamiento. Esto sería debido a la influencia represiva de la persona antisocial. Raramente la personalidad antisocial estaría institucionalizada, solamente estarían allí sus "amigos" y familiares.

Una personalidad antisocial, ante una dificultad, escogería sistemáticamente al blanco incorrecto o culparía a la causa incorrecta. Si se cortara la energía eléctrica, culparía por el problema a un ave, a las visitas o alguna otra causa realmente inaplicable. Tendría tendencia a culpar a otros por cualquier inconveniente, en vez de buscar la verdadera causa.

Una personalidad así, no terminaría lo que empezara a hacer. Viviría rodeada de proyectos inconclusos. En relación a esto, es posible que sus hogares, equipo o espacio de trabajo, se hallen en mala condición.

La personalidad antisocial preferiría apoyar a grupos y acciones destructivas y manifestaría antagonismo contra cualquier grupo constructivo o acción de mejora.

Este tipo de personalidad aprobaría únicamente acciones destructivas y lucharía contra acciones o actividades constructivas o provechosas. La gente que defiende una buena causa y la gente creativa sería a menudo la víctima ideal de las personalidades antisociales. El antisocial podría presentarse "como amigo", pero intentaría envenenar y destruir.

La solidaridad disgustaría a una persona antisocial. Pero las actividades que destruyen en nombre de una supuesta “ayuda” serían apoyadas con gusto por una persona antisocial.

Una personalidad antisocial no tendría ningún sentido de la propiedad. Para ella o él, nadie posee nada o todos son dueños de todo. “ La propiedad es una idea establecida sólo para engañar a la gente ”.



Patricio J. Vargas Gil

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