CONTADOR VISITAS

jueves, 26 de julio de 2012

Apoyo y cuidado para la familia de un paciente psiquiátrico

Aceptar la enfermedad psiquiátrica de un familiar no es nada fácil.

Por algún tiempo, esto puede parecer demasiado doloroso y desconcertante para encararlo. La familia pueden estar terriblemente molesta con la persona. Desafortunadamente, el enojo y el rechazo no ayudan y hasta podrían retrasar la manera racional de luchar con la situación. Los padres y hermanos se pueden sentir dolidos porque la persona enferma le echa la culpa a otros de sus problemas y destruye su confianza cuando oculta y/o miente y, en general, crea un caos en el hogar.
En la familia, podría prevalecer un alto grado de miedo e incertidumbre a medida que el comportamiento se vuelve más irracional y aumentan las amenazas o brotes de violencia y/o trastorno.
Los familiares se podrían sentir culpables por creer que les causaron las reacciones que muestran, y no es así.
Los enfermos tienen la enfermedad y los familiares la padecen.
En primer lugar, es importante darse cuenta de que el familiar actúa por padecer una enfermedad. La persona no tiene el poder de controlar este problema sin ayuda de la misma manera que no puede controlar su enfermedad mental. Si se piensa en este problema como una enfermedad, se podría reducir la furia y la culpa. Los familiares podrían aprender a darse cuenta de que los comportamientos negativos no son algo personal y así les dolerá menos, dejarán de culpar a ellos mismos y uno al otro por un trastorno que nadie provocó o pudo evitar. Aceptar que un ser querido tiene un diagnóstico de enfermedad psiquiátrica toma tiempo y es mejor si la familia se une, evitan echarse la culpa, crean un plan de acción y se apoyan unos a los otros.
Es importante buscar el apoyo de otras familias que se enfrenten a problemas similares. Este grupo de familias se podrían beneficiar de algunas reuniones independientes para encontrar el mejor apoyo proveniente de personas con el mismo problema.
Estos grupos de apoyo han sido sumamente beneficiosos para muchas familias, dado que muchos grupos familiares se han visto disueltos por falta de toma de dicisiones en conjutno frente a la problemática.
En muchos casos el enfermo, niega la diagnósis, y los familiares eligen el espacio del padecer y ser esclavo de la negativa a confrontar la exigencia de la terapéutica necesaria para poder alcanzar el equilibrio.
En otros muchos casos el miembro de la familia enfermo, se aleja de la misma o es alejado del grupo familiar, ante la imposibilidad de lograr un tratamiento necesario para mantener los vinculos, no alcanzando así, en el más amplio de los porcentajes un resultado positivo.
Cuando el trastorno mental que padece la persona es peligroso para sí mismo (suicidas o personas gravemente incapacitadas) o para los demás (reacciones adversas, violentas,desbordadas de mal gusto, extroversión exagerada, etc), la ley permite el tratamiento involuntario. Cada distrito tiene un juzgado especial en el que los familiares pueden plantear el caso.; Dado que el tratamiento involuntario restringe la libertad de los pacientes hospitalizados los pacientes sometidos a este régimen tienen que estar aprobados por una comisión judicial “ad hoc” y los pacientes tienen derecho a recurrir ente ella u otras instancias legales oportunas. Actualmente la hospitalización no puede ser indefinida, teniendo que ser manifiestos los beneficios del tratamiento dentro de un período de tiempo definido. En algunos casos graves crónicos e inmanejables los familiares y la administración pueden solicitar trámites de incapacitación y de tutela.
Cuando la persona enferma no puede reconocer su necesidad de recibir tratamiento debido a la pérdida de contacto con la realidad por su enfermedad, la solicitud de ingreso debe ser planteada por un familiar o allegado. Una vez aceptada la solicitud por el juzgado correspondiente, el paciente debe ser examinado por un médico designado por dicho juzgado que debe confirmar la necesidad de hospitalización antes que el paciente sea ingresado. En caso de urgencia el proceso puede invertirse y el médico que atiende la guardia de psiquiatría del hospital de referencia está facultado para ingresar a un paciente en contra de su voluntad siempre que envíe notificación al juzgado en 24 horas. El juzgado confirmará o no la legalidad del ingreso en 72 horas más.
Por último, los familiares se deben dar cuenta de que no pueden detener la enfermedad de su ser querido. Lo que sí pueden hacer es evitar encubrirla o facilitarle que lo siga negando. La familia puede llegar a conocer qué puede hacer sobre el problema, pero debe aceptar que mucho está fuera de su control.
Con mucho esfuerzo, disminuirán algunas de las peores emociones, la familia se sentirá más serena y se darán cuenta de que la vida sigue valiendo la pena


1 comentario:

Anónimo dijo...

De los mejores escritos que encontrado acerca del tema, mi hermano esta desarrollando ciertas caracteristicas que me llevan a creer que corresponden a una enfermedad mental grave, pero nadie me cree, incluso me han llegado a calificar de enfermo y paranoico, me lo estoy creyendo, por favor ayuda, esto es muy duro.