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martes, 26 de abril de 2011

“…y como explicarte, desde el encierro, cuanto miedo da salir, a ese mar de dudas…”. Gustavo Cerati


Centro de Día Pichón Rivière: Que preciosura esta locura

Escrito por José Bannon
Alejandra, Laura, Anabella, Antonela, María y Fabiana son algunas de las personas que trabajan en la integración de gente con dificultades en la salud mental desde el Centro de Día Pichón Rivière (37 Nº 573 e/ 6 y 7); brindando asistencia a mas de 40 personas que requieren atención ambulatoria; lo que significa que no duermen en el lugar.

El centro trabaja de lunes a viernes de 8 a 14 horas. Los pacientes son mayores de 18 años y llegan al lugar derivados del Hospital Alejandro Korn (del cuál depende), por recomendación de sus psiquiatras particulares o simplemente por algún amigo o conocido que esté asistiendo. Durante la mañana tienen talleres obligatorios y a la tarde optativos. El primer y tercer sábado de cada mes realizan una feria americana en la sede. La mayoría de las personas que trabajan en la institución lo hacen ad-honorem y muchos son pasantes de los últimos años de diversas carreras universitarias.

Adriana (psicóloga del lugar) nos introdujo en el mecanismo de trabajo:"Tiene tres patas"; los talleres, los grupos terapéuticos y la atención familiar y comunitaria. “La idea es poder pensar al sujeto de manera integral, por eso las distintas patas del dispositivo apuntan a pensar a la complejidad del sujeto", expresó .

El objetivo es la estabilización de la persona, la recuperación de su autonomía y el trabajo sobre las capacidades individuales que en el encierro quedan sometidas y disminuidas. Este es un viejo tema de discusión en la sociedad, ya en 1925 Antonin Artaud, quien pasó casi 6 años de su vida internado manifestó en un libro llamado “Carta a los directores de manicomios” que: “Se sabe —y todavía no lo suficiente- que los hospitales, lejos de ser hospitales, son prisiones espantosas, en las que los detenidos proporcionan mano de obra gratuita y útil, en las que la brutalidad es la regla y esto es tolerado por ustedes. El instituto para alienados, bajo la apariencia de la ciencia y la justicia, es comparable al cuartel, a la cárcel, al penal”.

Metodología de trabajo

Adriana hizo hincapié en los valores y las formas de trabajo: “Acá trabajamos en equipo, no se decide nada de forma individual: ni la psiquiatra, ni las psicólogas. Todos decidimos que hacer con cada paciente". En la institución conviven cuatro áreas. Una es la secretaria de Admisión, donde se realizan entrevistas individuales, grupales y/o familiares. Otro es el Diagnostico Individual y Psicosocial, donde se reconstruye el diagnostico de cada paciente; el área de Asistencia Técnica, donde se le da un abordaje psicoterapéutico individual y grupal y por último los Talleres de Expresión. El fin de todo el trabajo es evitar la re-internación en instituciones de encierro y fomentar la autonomía de los pacientes en la sociedad. Un viejo estudioso de estos aparatos de aislamiento social, Michel Foucault, había denunciado en 1963 en el “El nacimiento de la clínica” que: "La practica psiquiatrica producida en hospitales psiquiátricos es una táctica moral, disfrazada de verdad científica".

Los talleres
“Tienen talleres obligatorios, todos los días. Los lunes, taller de danza y música; martes, taller de lectura de diarios (donde se trabajan temas de actualidad) y cocina; miércoles, taller de plástica; jueves: taller literario y los viernes, taller de feria americana donde se trabaja la organización de la feria, se realiza la búsqueda de ropa, limpieza, acondicionamiento y se ordena para colocar a la venta los sábados”, explicó Adriana.

“También tienen talleres optativos a la tarde: los lunes de reciclado (con restos de medias de nylon de mujer se tejen bolsitos y carteras), los martes de bijouterie de macramé, los jueves literarios y los viernes un taller de cine debate”, prosiguió Adriana.

Anabella, pasante y coordinadora de algunas actividades, nos introduce en el taller de cine-debate:“traemos varias películas, ellos eligen y después armamos un debate en torno a lo que se vio. Este espacio les gusta mucho y es abierto a toda la comunidad. Esto actualmente funciona en la sede, los viernes a las 14hs., también está la idea de poder llevarlo a un centro cultural. Y ahora que se sumó una pasante de cine también pensamos en poder trabajar la producción para ir viendo que surge”.

Por otro lado existe un Área de Asistencia Familiar y Comunitaria donde se ponen en común los diferentes acontecimientos con respecto a los pacientes y su participación en los talleres como así también las reconstrucciones histórico-sociales. Antonela, otra de las psicólogas de la institución, nos comentó al respecto: “Trabajamos estableciendo el lazo entre la familia y el centro. Hacemos entrevistas de reconstrucción histórica donde se va al domicilio del paciente para ver cuales son las condiciones en las que vive. La idea es establecer un nexo entre el Centro de Día, la familia y la comunidad”.

“Las personas que asisten actualmente acá han sido internadas entre 20 días y 4 o 5 meses (en algunos casos mas también). Y el tratamiento que brinda el Centro no es eterno. La forma en que se trabaja (abarcando todos los aspectos) evita que caiga de nuevo internado, pero el tiempo para obtener el alta depende mucho de ellos”, concluyó Adriana.

Con todo esto, el Centro de Día Pichón Rivière viene llevando a cabo un trabajo grandioso con personas que de otro modo quedarían destinadas a lugares de encierro donde carecerían de valorización sus capacidades personales. El centro es una herramienta mas para abordar la problemática que tiene infinitos componentes de actores y espacios y por lo tanto, se necesita de la “conciencia” de toda la comunidad para facilitar los procesos de integración e inclusión.

Y para el final una de las máximas de un gran loco, Friedrich Nietzsche: "Hay siempre algo de locura en el amor; pero siempre hay algo de razón en la locura".

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