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martes, 17 de febrero de 2009

Psicologos Sociales polimorfos...

Psicólogos sociales polimorfos o como bancarse el ECRO
Hugo Basile

Publicado originalmente en Campo Grupal

Tiempos de cambio social y cambio subjetivo. Momento propicio y supuestamente deseable para desarrollar nuestra tarea como agentes de cambio. Capacidad de adaptación activa a la realidad y portadores de una herramienta de cambio tan revolucionaria como lo es el ECRO, anticipación innegable de la transdisciplinariedad.

A la vez sistema que se retroalimenta positivamente en forma constante, dejando lugar a la creatividad y a la nueva propuesta una vez acompasado el cambio.

Digo portadores de una herramienta no solo como estructura del cuerpo teórico sino como estructura de formación en el ámbito de lo personal.

Herramienta que no termino de convencerme que esté bien entendida ya que no siempre tomamos conciencia de que de la misma manera que el ECRO puede adaptarse a través de las épocas gracias a su convergencia epistemológica, también nosotros debemos modificar esta base conceptual a través del tiempo, incorporando nuevos saberes que la época traiga.

Digo la época que trae un abanico de nuevos saberes, y de viejos saberes que comienzan a tomar nueva vigencia, pero que no siempre son incorporados al cuerpo conceptual en la formación.

Surge el miedo de pensar que quizás la incorporación de saberes se limite exclusivamente al campo psicoanalítico, retroalimentándonos de esta manera negativamente y transformándonos en un sistema cerrado que, indefectiblemente, termina muriendo. La capacidad de adaptación del ECRO incorpora la posibilidad de que quizás no debamos tener como materia esa identidad tan buscada en los congresos y esa definición tan exacta de incumbencias que terminan cerrando lo que precisamente debe abrirse y que es la amplitud de miradas.

Agentes de cambio que no pueden establecerse sino a través del pivote que nos articula y que es nuestro esquema referencial. Ser algo identificado nos evita ser otra cosa. Búsqueda de origen e identidad tiene que ver con reconocer la historia mas que parecerse a..

Hasta quizás podamos reconocernos como un híbrido propio del espíritu de la época, que nos permite y al mismo tiempo nos habilita para implementar cambios precisamente por ser un híbrido.

Nuestro esquema nos habilita múltiples herramientas, miradas y modelos, y es precisamente esto lo que nos permite operar articuladamente, sin comprometernos ortodoxamente con ninguna de las mitologías psicológicas. Digo mitologías en tanto solamente pueden operar sobre aquellos que creen en ellas. Digo nuevamente, que un psicoanalista no puede operar sobre un mapuche por la sencilla razón de que el mapuche no cree en el psicoanálisis, de la misma manera en que un psicoanalista no iría nunca a ver un chamán. Sin embargo sabemos que el psicoanálisis sirve para cierto tipo de cultura, y en muchos casos ayuda a curar, en tanto el chamanismo lo hace en su propia cultura.

Nuestra capacidad dialéctica de aprendizaje, por ejemplo, debería permitirnos operar sobre las dos culturas, y aquí valga consultar el trabajo sobre psicoterapias paganas desarrollado por Alfredo Moffatt en “Psicoterapia del oprimido”, donde la imposibilidad de que ciertas terapias sean eficaces sobre ciertos sistemas de creencias, aun dentro de una misma cultura, se hace mas que evidente.

Suscribo a la incorporación de nuevas miradas, como por ejemplo, la Teoría Biológica del Conocimiento de Humberto Maturana, que nos permite vernos como sistemas autorreferenciales que solo incorporan elementos externos en tanto los elementos de la propia configuración interna de las personas los habiliten, esto es: no es el terapeuta o el operador quien con su arte modifica, sino quien habilita en el asistido que abra su campo referencial para producir el cambio que el mismo va a habilitar…o no.

El ECRO es precisamente un sistema que permite incorporar aportes de distintas áreas, y muchas veces lo cerramos incorporando solamente miradas reconocidas “oficialmente”, o que nos permitan ser “aceptados” como una ciencia seria y que hace bien los deberes. Miramos hacia un difícilmente comprensible Deleutze o Guattary pero difícilmente miremos a un Rodolfo Kusch; miramos a un Lacan pero difícilmente a un Jung, o a un Maturana (aunque a veces se lo mira sin vislumbrar algunas similitudes conceptuales entre Maturana y Moffatt, el cual sigue siendo defenestrado, criticado e ignorado en la mayor parte de las Escuelas de Formación argentinas, y convocado en forma permanente en toda América Latina. Además de haber compartido la faceta atorranta de Pichón que pocos conocen); o desconocemos a un Wilber o From y otros tantos.. Miramos hacia donde mira el poder, hacia la oficialización, pidiendo a gritos que el establishment nos abra la puerta en tanto Pichón difícilmente se hubiese preocupado por esto.

Nuestro esquema es valioso “per se”, pero quizás esto no encaje en nuestros propios esquemas personales por no haberlos trabajado lo suficiente, teniendo en cuenta que trabajar sobre esto no es poca cosa.

Transamos nuestro modelo de aprendizaje con tal de parecernos a…

Negamos la posibilidad de hacer asistencia individual por no poder abandonar la concepción de que la forma de hacerla es solo mediante el psicoanálisis, al tiempo que, paradójicamente, muchas veces es difícil diferenciar artículos escritos por psicólogos sociales de artículos escritos por psicoanalistas, en un patético como sí de la psicología.

Van Gogh dijo sabiamente: zapatero a tu zapato, y ocurre que nuestro zapato consiste en la posibilidad única de poder usar múltiples zapatos y, si queremos, andar descalzos, pero nunca la de calzarnos en forma definitiva el zapato ajeno.

Pichón fue científico, pero creo una herramienta que desestructura el viejo campo científico: el de los modelos eternos e incuestionables, y se adapta perfectamente al campo de la incertidumbre, ya que el existente es precisamente el no saber nunca que va a pasar, y el no saber nunca que herramienta vamos a tener que usar.

Esto nos permite abordar el campo multidimensionalmente, y precisamente este aspecto propio y exclusivo del psicólogo social es lo que lo hace sentirse, en cierta forma, paria. No tenemos un sistema biblico freudiano al que acudir ortodoxamente, sino que debemos aprender de la realidad y adaptarnos activamente a ella.

Adaptación activa no como ” el mercado demanda escuelas oficiales” sino como sobrevivir creativamente a “pesar de” , manteniendo nuestra matriz de enseñanza y aprendizaje, generando también nuestra experiencia y nuestro propio cuerpo teórico surgido de esa experiencia.

Suscribo al hecho de que esta experiencia surja mas del sentir y del actuar que del pensar, al menos si no podemos evitar el enmarañarnos en las palabras al punto de, mas tarde, no saber quienes somos.

Recordaba vagamente la película del mítico Woody Allen llamada Zelig, en la que el personaje adoptaba las características de aquellas personas a las que se acercaba, y no pude dejar de relacionarlo con lo que debería poder lograr el psicólogo social con las distintas disciplinas.

Mi sensación es que eternamente se está buscando la identidad, las incumbencias, la relación entre el poder y el rol, y no se hasta que punto esto no sea un intento de parecerse a… , como producto de no poder adaptarnos a lo revolucionario del ECRO. Hay conceptos que son tan paradigmáticos que muchas veces no se soportan, porque admitirlos supondría renunciar a la comodidad del ” tomo tanto, página tanto, leemos…”

Ergo, pensamos que la incorporación a “Universidades Superiores” en Psicología Social nos darán mayor nivel en tanto hasta el momento, dichas universidades generalmente ocasionan un desaprendizaje de lo tan difícilmente incorporado como es el proceso grupal. Difícil por la transformación que demanda la coordinación de nuestros sentires y pensares con la acción, que terminan simplificándose en toneladas de desinformación.

Instalar en la sociedad lo que somos, como somos y como lo aprendemos requiere principalmente de mostrar lo que hacemos y como lo hacemos, pero principalmente que el esquema que manejamos es lo mas valioso y transformador.

Las modalidades universitarias son buenas para quienes las eligen por lo que son, de la misma manera, esta carrera es buena para quien la elige por lo que es y por lo que produce en las personas.

Psicología Social es una profesión de cambio constante, dinámica y vertiginosa, además de eficaz. Pero hay que bancársela..

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