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lunes, 3 de junio de 2013

¿Cuál es la Ética y la Moral de la Psicología Social?


Desde hace algún tiempo me vengo haciendo esta pregunta ¿Qué sería no tener ética en la Psicología Social?
Creo que, con el tiempo, he podido comprender e incorporar los aspectos técnicos y teóricos en los que se sustenta la Psicología Social para su lectura e interpretación de la realidad social y para su operación en ella; pero me sigo preguntando por los aspectos que hacen a los principios éticos y morales desde los cuales se observa, registra, interpreta y opera. En este sentido creo que se hace necesario esbozar una deontología psicosocial que forme parte de nuestra praxis profesional cotidiana.
Pero entonces surge una nueva pregunta ¿Posee la Psicología Social, en tanto disciplina científica, una deontológica definida? Y si existiera ¿Cabe, de alguna manera, re-pensar esta deontología o la misma se alza como dogma? Propongo entonces algunas consideraciones para el debate.
Personalmente creo que una concepción ética de la Psicología Social se ha configurado alrededor de la noción de salud propuesta por Enrique Pichón Riviere. Es decir, la adaptación activa a la realidad como un principio que sustenta nuestra praxis. Un principio que se propone como ideología, adaptarnos activamente a esa realidad de la que somos producto y productores, dejando claro que no se trata de una adaptación entendida como sumisión a la realidad, sino justamente lo contrario, como transformación de la misma. Creo que en este sentido esta ética psicosocial es inmutable.
Es en este punto donde la ética propone una praxis, un hacer, una moral propia de la disciplina que ha de alzarse no como una moral teórica sino como una moral operativa. Creo que esta moral operativa psicosocial se comienza a esbozar en esas aptitudes y actitudes que un/a operador/a debe construir a lo largo de su proceso de formación e incluso de su ejercicio profesional. En efecto, la moral psicosocial tiene que ver con el descentramiento, con la distancia operativa, con la tolerancia, la contención, la abstinencia, el desciframiento, con el ejercicio permanente de revisarnos desde nuestra implicación y desde nuestra contratransferencia. Esta moral psicosocial requiere ser revisada permanentemente, en un proceso dialéctico y espiralado en la búsqueda de una objetividad creciente.
Pero esta moral operativa de la psicología social debe, a mi entender incluir otros aspectos más sutiles, quizás menos teóricos o técnicos. Me refiero a aspectos como el respeto por la identidad cultural de los sujetos con los que trabajamos, con la conciencia de una cosmovisión ancestral, con el amor en su expresión más profunda y revolucionaria, pero también con la firmeza de que no debemos convertirnos en camaleones que, en honor a una adaptación activa mal interpretada, terminemos asumiendo posiciones que no nos son propias, pretendiendo ver la realidad desde un lugar donde no estamos, reproduciendo conductas esteriotipadas, convirtiéndonos en capitalistas de la Psicología Social, es decir operando desde una moral que se contradice con la ética psicosocial. Ahí estaremos equivocando el camino y dejando de ser éticos.
Gustavo Ereño - Operador en Psicología Social (Chaco)
www.datapsicosocial.com.ar/

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