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miércoles, 29 de febrero de 2012

El silencio después de la tragedia...


¿Los argentinos estamos como anestesiados frente a los graves acontecimientos sociales que nos tocan vivir?.
Es como que cada tanto tomáramos como natural el que varios de nosotros padeciéramos, sufriéramos, nos enfermen, nos maten...
Situaciones extremas que las asimilamos como comunes, accidentes que no lo son, que son tragedias causadas por la negligencia e inconducta de algunos.
La realidad que ya tenemos amplia experiencia en el despertarnos con noticias de amplia gravedad social, que durante días son el tema de conversación por el interés natural y personal y por el instaurado como muletilla por los medios, y de la misma manera a los días pasan a ser otros los temas instaurados.
En el día de ayer, un grupo de familiares de victimas, hablaban del descreimiento de que la justicia haga algo frente a lo vivido, del saber que no fueron escuchados, del considerar que existe un silencio oficial, y un silencio gubernamental importante y doloroso. Al escucharlos pensaba en el porque de los silencios. Del silencio gubernamental en muchos casos lo sentimos preferible a lo que se dice cuando se dice. Porque nuevamente nos sentimos desbandados, solos, sin cauce cuando se habla sin aceptar culpas ni fallas, ¿qué puede esperar un pueblo si quienes lo conducen no sienten responsabilidad sobre lo que le ocurre y padece?
¿Alguiene pensó en que los muertos tienen familia, amigos, compañeros de la vida que quedarán afectados para siempre? ¿Alguno pensó en que los heridos, no son sólo heridos, son seres humanos que llevarán el estigma de lo vivido por siempre, en lo fisico y en lo psicologico por mucho tiempo, algunos para siempre? ¿Que esos heridos tienen también familia, amigos, compañeros de la vida que quedarán heridos? ¿pensaron en las familias limitadas por la imposibilidad de seguir trabajando, de recibir un sustento, de poder manejarse con la filosofia de vida cotidiana que conocían?
Vuelvo al inicio los argentinos somos muy especiales, cuando pasan éstas tragedias, todos tomamos como propio en un primer momento el dolor ajeno, la angustia ajena, y la muerte ajena como propia, me pregunto ¿qué nos pasa después? y agrego ¿ese después nos aleja de la realidad social, nos cruza de vereda, nos lobotomiza?
Ahora el gobierno nombra al ingeniero Raúl Baridó como interventor del Estado en TBA, unos días antes en el "festejo por el bicentenario de la jura de la bandera", la presidenta rompió el silencio frente a la tragedia hablando en paralelos de su dolor de viuda y el dolor de los heridos y de los muertos en el accidente, difícil de entender, "Si no hemos hecho más es porque no nos ha alcanzado la plata", dijo, más difícil de entender aún.
Afirmo y lamento: ¡Los argentinos estamos como anestesiados frente a los graves acontecimientos sociales que nos tocan vivir!
Mi respeto a los heridos, a la memoria de los fallecidos, a los familiares y cercanos de los padecientes.
Mis respetos a los cólegas Piscologos Sociales que estuvieron en donde correspondía, con la fortaleza, el coraje y la entrega de su "contención Emocional" como una bandera de lucha, equipo de Carlos Sica a la cabeza, y a todos los que en el hacer por el otro basan la cotidianeidad de los actos.
El silencio siempre habla, y en casos como éste grita!!
51 muertos y más de 700 heridos...
Dios bendiga a los que lo merezcan y castigue a los que lo merezcan

Mabel Ieraci

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