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lunes, 9 de junio de 2008

Fibromialgia...




Fibromialgia

Las personas que padecen Fibromialgia (FM) sufren intensos dolores en distintas partes del cuerpo. El término mialgia indica dolor muscular; por el contrario, la miositis está causada por inflamación del tejido muscular y es un término inapropiado para la FM, en la que la inflamación está ausente. La FM es una condición músculo-esquelética compleja y de carácter crónica que ocasiona dolores generalizados y un profundo agotamiento.
En la FM el dolor está presente en los tejidos fibrosos, músculos, tendones, ligamentos y otras zonas. Se puede afectar cualquier tejido fibromuscular, pero los dolores del occipucio (parte infero-posterior de la cabeza), cuello (dolor o espasmo cervical), hombros, tórax, zona baja de la espalda y músculos de los glúteos y de la línea de articulación de la rodilla son los más frecuentes.
La FM puede ser generalizada (asociada en ocasiones a otro trastorno) o localizada (por ej. Síndrome de dolor miofascial, relacionado con sobresfuerzo o microtraumatismos). Además del dolor y el agotamiento, las personas con SFM experimentan algunos de los siguientes síntomas: trastornos del sueño, anquilosamiento y rigidez del cuerpo, dolores de cabeza o de la cara, malestar abdominal, vejiga irritable, parestesia, entumecimiento u hormigueo, dolores del pecho y costocondralgia (dolores musculares donde las costillas se juntan con el esternón), desequilibrios y mareos, mayor sensibilidad al medio ambiente, etc. Los síntomas tienden a fluctuar y no necesariamente ocurren simultáneamente.

¿Cómo se manifiesta la Fibromialgia?

Los pacientes con FM se quejan de que les duele todo y manifiestan sentir fuertemente doloridos los músculos del cuerpo; muchas veces el dolor va acompañado de una sensación de quemazón o fatiga muscular.
La FM puede ser leve, moderada o seria. De a cuerdo al caso, una persona con FM leve responderá a los tratamientos sintomáticos y seguirá trabajando y desempeñándose bien en casi todas las esferas de su vida. Alguien con FM moderada probablemente tendrá problemas en uno o dos aspectos de la vida cotidiana como por ejemplo en el ámbito laboral por ausentismo reiterado, o en los vínculos interpersonales, cuando surgen dificultades secundarias por la falta de comunicación y/o comprensión de los efectos que causa la sintomatología en general y el dolor en particular. Mucha mas complicada es la situación de la persona con FM severa cuando a causa de la enfermedad estas personas dejan de ser socialmente activos y laboralmente productivos, quedando severamente descompensados.
La intensidad del dolor puede fluctuar a lo largo del tiempo pero nunca desaparece por completo. El dolor es más intenso por la mañana, durante los cambios de clima y durante los episodios de ansiedad y estrés. Cuando la persona afectada por FM permanece inmóvil por espacio de cierto período de tiempo (por ejemplo en el cine, la sala de espera o en una reunión social), sus músculos se vuelven duros y dolorosos. El inicio del movimiento por la mañana es dificultoso porque los músculos están rígidos y son a su vez dolorosos.
Aunque la severidad de los síntomas varia en cada persona, la FM se parece a un estado post- viral. Este aspecto y muchos de los síntomas de la FM tienen gran similitud con otro trastorno crónico, la Encefalomielitis Miálgica, comúnmente conocido como Síndrome de Fatiga Crónica. En la actualidad, la FM es una enfermedad fácil de identificar. La naturaleza difusa del dolor en todo el sistema musculoesquelético es su característica principal que ayuda a distinguirla del SFC/ENMI.

Hablemos un poco del dolor en la Fibromialgia

Todos nosotros conocemos que es el dolor. Lo aprendemos desde muy temprana edad, sabemos que es parte de la vida, y oímos hablar de él en la TV, en la radio, etc. Existe una experiencia de dolor corriente que se experimenta regularmente en lo cotidiano. Solemos llegar a casa después de una larga jornada de trabajo con dolor de cabeza, de cintura o de espalda; sufrimos intensos dolores de brazos o de piernas después de un fin de semana intenso de actividad deportiva, o a continuación de un viaje o de una mudanza.
Frente a la experiencia de dolor, todos tenemos expectativas. Una expectativa es que seguramente estamos frente a un tipo de dolor agudo que es temporario, que va a desaparecer con el tiempo, descanso o con algún tratamiento indicado médicamente. Sabiendo que hay un fin para este dolor particular, pronto aprendemos a manejarlo y a hacer lo necesario mientras dure para sentirnos mejor hasta que pase.
Otra expectativa es que el dolor no interfiera con nuestras tareas, roles o funciones. Ninguno de nosotros espera que estos dolores lleguen a ser tan intensos y profundos que nos impidan levantarnos para ir a trabajar y cumplir con nuestras obligaciones y responsabilidades. La FM causa dolor crónico que es muy distinto del dolor agudo.
El ejemplo más cercano a la experiencia de enfermedad que significa la FM es la gripe. Cuando sufrimos un estado gripal todos nuestros músculos están doloridos, nos sentimos totalmente incapacitados, enfermos, y solo podemos permanecer en cama. Nuestra gripe se va después de un corto período de tiempo y recuperamos nuestras habituales capacidades. Ahora imaginemos que tenemos la misma gripe pero ésta nunca se va. No nos podemos levantar de la cama, nos duele cualquier lugar del cuerpo donde quiera que lo presionemos. Cada músculo del cuerpo nos duele pero igual nos tenemos que levantar e ir a trabajar. Este tipo de dolor es el que cada persona con FM atraviesa cada día y a pesar de ello, trata de hacer todas sus tareas diarias (sin éxito, por supuesto) a pesar del dolor. El dolor crónico deriva del dolor agudo. En la FM, los dolorosos puntos sensibles son la fuente del dolor crónico. Estos puntos sensibles están situados a largo del cuerpo y pueden desarrollarse en varias formas, aunque todavía no se comprende exactamente como se originan. Un trauma, infecciones, inflamaciones o factores hereditarios podrían incrementar las señales de dolor en los músculos y nervios. En lugar de sanar o de volver a la normalidad después de cualquiera de estos posibles daños, estos nervios sensibilizados causarían cambios en el sistema nervioso central volviendo mas sensibles y muy excitables a los canales nerviosos, haciendo que los mismos emitan espontáneamente señales dolorosas todo el tiempo. Permanentes cambios ocurren en la interacción entre los nervios y los músculos en todo el cuerpo, causando la aparición de estos puntos sensibles.
Además de los dolores físicos las personas con FM sufren de otros tipos de dolores: dolor emocional y psicológico que sobreviene como efecto de enfrentar cotidianamente temores, dudas, confusión, estrés, tristeza, culpa y variadas preocupaciones que la limitación física le impone.



¿Qué causa la Fibromialgia?

La FM es una enfermedad crónica para la cual no existe una cura específica. La causa de la FM es aún desconocida y objeto de investigación. Los estudios médicos se han orientado a observar si hay lesiones en los músculos, alteraciones inmunológicas, anomalías psicológicas, problemas hormonales, alteraciones en la fisiología del sueño o en los mecanismos protectores del dolor. En este sentido se han detectado en personas con FM niveles bajos de algunas sustancias importantes en la regulación del dolor (particularmente la serotonina) y niveles elevados de sustancias productoras de dolor en el sistema nervioso (sustancia P).
La serotonina se encuentra en el cerebro y su misión es regular la intensidad con que se percibe el dolor. En personas con FM esta sustancia se encuentra disminuida.
El neurotransmisor P (viene de pain, dolor en inglés) se encuentra en la médula espinal actuando de intermediario en la recepción del dolor desde la periferia hacia los centros superiores. En el caso de la FM, el dolor en diferentes partes del cuerpo que presentan los pacientes podría no siempre ser debido a una enfermedad en esos órganos, sino a una primaria anormalidad en la percepción del dolor por parte del Sistema Nervioso Central (SNC).
La percepción del dolor es regulada en parte por una porción del SNC llamado Sistema Nervioso Autónomo (SNA). Esta región controla funciones involuntarias tales como la respiración, la regulación de la temperatura y la sudoración. En los pacientes con FM, hay numerosos síntomas que pueden estar relacionados a una disfunción del Sistema Nervioso Autónomo como por ejemplo las sensaciones anormales de temperatura corporal, enrojecimiento de las mejillas y alteraciones en la percepción del dolor.
El dolor crónico presente en la FM está dado por una interacción compleja de los mecanismos fisiológicos y neurológicos. Los puntos sensibles tienen su razón de ser a partir de las deficiencias fisiológicas entre los músculos y las terminaciones nerviosas que resultan en una alta concentración de las proteínas del dolor (sustancia P, serotonina y otros neurotransmisores), las cuales causan una hipersensibilidad química de los puntos de dolor.
No solo existe esta hipersensibilidad nerviosa mas fácilmente activada que manda señales de dolor al cerebro, sino que paralelamente, parece haber una pérdida de la habilidad para interrumpir la emisión de estas señales y regularlas. En lugar que las señales asciendan, den el mensaje y paren, se establece un circulo vicioso de estimulación del dolor repetitivo. Consecuentemente los puntos sensibles están doloridos no solo cuando son presionados en forma manual, sino también en forma permanente y espontánea.
Por otro lado, se esta estudiando el papel que las infecciones virales y bacterianas cumplen como posibles causas o desencadenantes de la FM. Se especula que los mismos no causen la FM sino que parecen despertar algunas anomalías fisiopatológicas latentes que ya estaban presentes en estos pacientes.

¿Cómo se diagnostica la Fibromialgia?

En la actualidad no existe ningún análisis de laboratorio para el diagnóstico de la Fibromialgia. Para su diagnóstico primero se deben eliminar otras enfermedades que tienen síntomas similares. Además según los criterios diagnósticos oficiales, establecidos por el Colegio de Reumatología Americano, un paciente tiene que presentar dolores generalizados en los 4 cuadrantes del cuerpo por un período de por lo menos tres meses, y debe tener 11 de los 18 puntos sensibles cuando el médico le examina sitios específicos del cuello, los hombros, el pecho, la cadera, la rodilla y el codo.
El Colegio Americano de Reumatología estableció en 1990 los criterios diagnósticos que actualmente se utilizan para el diagnóstico de la FM:
· Dolor musculoesquelético crónico en cada uno de los cuadrantes del cuerpo (arriba y debajo de la cintura, y a ambos lados del cuerpo) durante más de 3 meses.
· Ausencia de otra enfermedad que pudiera ser la causa del dolor subyacente (como por ejemplo: artritis reumatoidea (AR), trastornos tiroideos, Lupus, etc.)
· Presencia de dolor al tacto de por lo menos 11 de los 18 puntos sensibles.

Puntos sensibles dolorosos:

1. Occipucio bilateral, parte infero-posterior de la cabeza, en la inserción de los músculos occipitales.
2. Cervicales bajas, en las caras anteriores de los espacios intertransversos en la vértebra cervical cinco (C5) hasta la vértebra cervical siete (C7).
3. Trapecio, a medio camino de su borde superior.
4. Supraespinoso, en sus orígenes, por arriba de la escápula, cerca del borde interno.
5. Segunda costillas, a nivel de la inserción de las segundas costillas sobre el esternón.
6. Epicóndilo externo, en el relieve óseo del húmero donde se originan los músculos extensores del antebrazo.
7. Glúteo, en los cuadrantes superiores externos de los glúteos, en el pliegue anterior del músculo.
8. Trocánter mayor, a nivel de la cresta del trocánter mayor del fémur, un relieve óseo en el que se insertan los músculos piriformes que sirven para rotar externamente el muslo.
9. Rodilla, en el tejido subcutáneo de la parte interna, por arriba de la línea de la articulación.

Para hacer el diagnóstico de FM deben cumplirse ambos criterios (dolor difuso y dolor en los puntos dolorosos). Para que el diagnóstico sea válido, la duración del dolor y la sensibilidad es estos puntos musculoesqueléticos debe ser como mínimo de tres meses. La presencia de un segundo padecimiento no excluye el diagnóstico de FM.






Otros síntomas asociados

Además de los criterios diagnósticos comunes a la enfermedad, se observan una serie de síntomas que se sobreañaden al dolor específico de la FM:

· Debilidad generalizada, dolores musculares y articulares difusos. Otro síntoma frecuente es la rigidez en la planta de los pies.
· Alteraciones del sueño: problemas para conciliar el sueño e interrupciones frecuentes del dormir durante la noche. La alteración del sueño también puede presentarse bajo la forma de mioclonus (espasmos musculares en las piernas y en los brazos durante el sueño), lo que provoca un sueño de mala calidad que hace que la persona con FM se duerma sin problemas, pero el nivel profundo del sueño se ve dificultado por la aparición de los dolores.
· Fatiga matutina y durante el día.
· Rigidez matutina, en general de forma leve.
· Cefaleas.
· Sensación de entumecimiento y hormigueo de una extremidad, y sensación de tumefacción (hinchazón de un órgano).
· Colon irritable
· Vejiga irritable (constante necesidad de orinar)
· Otros síntomas frecuentes son el dolor de cabeza, la caída del cabello, sensibilidad a la luz, colon irritable, entumecimiento o calambres de las extremidades.

Estos síntomas tienden a fluctuar y no necesariamente ocurren simultáneamente. Pueden aparecer lentamente o de repente. La FM puede ser clasificada como

v Regional o localizada: el dolor está circunscripto a una zona anatómica y por tanto limitado a puntos continuos; es el caso del síndrome miofascial (espasmos en los músculos masticatorios a pesar que la articulación temporomandibular es totalmente normal).
v Primaria: se caracteriza por dolor difuso y puntos dolorosos a la presión en múltiples localizaciones, con ausencia se una condición concomitante o subyacente que pudiera explicar los signos y síntomas músculo-esqueléticos.
v Secundaria: está ocasionada por una enfermedad definida como por ejemplo la artritis reumatoidea o el hipotiroidismo, cuyo tratamiento mejora el proceso fibromiálgico.

¿Cómo se trata la Fibromialgia?

No existe aún un tratamiento específico para curar el cuadro fibromiálgico. En líneas generales, los tratamientos están dirigidos a mejorar la calidad del sueño y a reducir el dolor. Ningún tipo de medicamento funciona de igual manera en todos los casos. El medico deberá ir buscando que tipo de medicamento resuelve la sintomatología en cada caso. Hay varias categorías de drogas utilizadas para el tratamiento de la FM: analgésicos, anti-inflamatorios, corticoides, antideperesivos, relajantes musculares, modificadores del sueño, etc.

No hay ninguna medicación que por si sola pueda eliminar toda la sintomatología, pero algunas combinaciones podrían ayudar a disminuir el dolor, mejorar el sueño y reducir la tensión muscular.

Hay un efecto de arrastre del dolor que provoca mayor tensión muscular y profundiza las contracciones musculares y articulares. Existen drogas en el mercado que ayudan a contrarrestar estos efectos ayudando a la relajación muscular, y disminuyendo la sensibilidad al contacto y la presión de los puntos dolorosos aliviando a las personas con FM.

La experiencia y el seguimiento a largo plazo han indicado que si bien la FM es una enfermedad crónica, la evolución de la sintomatología puede variar en severidad de un caso a otro a lo largo del tiempo.


Mónica Arbitrio
· Licenciada en Psicología
Psicóloga Social


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