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miércoles, 14 de agosto de 2013

Adicción a las computadoras: nueva psicopatología emergente

Autor: Aquilino Polaino-Lorente
El arribo de las computadoras al ámbito profesional y familiar, y su posterior generalización en la sociedad entera, constituye una revolución cultural que afecta en forma positiva el despliegue de la vida humana. Ninguna investigación se concibe ya sin su uso. Y lo mismo puede afirmarse de empresas, hospitales, periódicos e incluso los gobiernos de las naciones. Tampoco la psiquiatría escapa a esta poderosa necesidad.
ATRAPADOS EN LA RED
Nada de lo que hacen las personas resulta indiferente para ellas; en cierto modo, la acción reobra sobre el agente y lo modifica. La acción humana no sólo transforma el mundo, también es autotransformante de quienes la realizan.
Expongo con más detalle algunas manifestaciones que, en mi opinión, configuran una determinada constelación, relativamente fácil de observar, en estos pacientes:
1. Un patrón de comportamiento desadaptativo en lo relativo a la frecuencia y duración con que se conecta a la red.
2. Un patrón de comportamiento desadaptativo en función de la «necesidad», motivación o atracción que experimenta en esas circunstancias. Los dos anteriores criterios podrían matizarse en función de que satisficieran en mayor o menor número los ítems que a continuación se señalan:
a) La aparición de tolerancia comportamental al uso de la computadora, tanto en lo que se refiere a la «necesidad» de dedicarle más tiempo, como al grado de satisfacción, cada vez menor, cuando se mantiene estable o disminuye su duración.
b) La aparición de un cierto «síndrome de abstinencia» cuando las circunstancias le impiden el uso de la computadora o cuando se compensa por el consumo de otras sustancias o el empleo de otras actividades sustitutivas. La abstinencia suele aparecer a través de manifestaciones psicopatológicas casi siempre en el ámbito comportamental de naturaleza muy distinta a las que caracterizan la adicción a otras sustancias.
c) El tiempo de exposición suele aumentar progresivamente y casi siempre mucho más allá de lo que inicialmente se había decidido o programado.
d) Los deseos persistentes y el necesario esfuerzo para interrumpir o autorregular el tiempo de exposición resultan infructuosos.
e) Por lo general, emplean mucho tiempo en actividades periféricas o subsidiarias de la computación (estudio de catálogos y revistas, visitas a exposiciones, solicitud de nueva información a amigos y compañeros, indagaciones en nuevos programas, etcétera).
f) Disminución y/o empobrecimiento de otras actividades y relaciones (lúdicas, escolares, deportivas y sociales) a causa de este consumo abusivo.
g) Exposición continua a actividades con la computadora, a pesar de haber comenzado a experimentar algunos efectos perniciosos y una importante pérdida de libertad respecto de ella.
3. La recurrencia y persistencia de este comportamiento se agrava progresivamente y se acompaña de otras manifestaciones disruptivas, en mayor o menor grado, como las que se señalan a continuación:
a) Preocupación excesiva y casi única por esta actividad, que resulta invasiva y sustituye a otras actividades alternativas.
b) Ausencia de autocontrol, por el deseo imperioso de procurarse la última novedad informática, aunque para ello tenga que sustraer dinero en casa o en otros ámbitos.
c) Comportamiento explosivo, ansiedad, inquietud psicomotora e irritabilidad cuando una causa externa e imperiosa le obliga a interrumpir su actividad.
d) La conducta del cibernauta responde a una estrategia para escapar a problemas personales (fracaso escolar, aburrimiento, desengaño afectivo, conflicto con sus padres, etcétera) o para procurarse cierto alivio de lo que le hace sufrir (tristeza, ansiedad, sentimientos de culpa, aislamiento social, timidez…).
e) Se autoengaña cada vez que inicia su actividad con la computadora, diciéndose «esta es la última vez, después lo dejaré».
f) Oculta a familiares, profesores, terapeutas y amigos el grado de implicación de su conducta adictiva, incluso con mentiras.
g) Inclusión en actos delictivos (falsificación de firmas y documentos, hurto, venta de objetos ajenos, fraudes…) con el propósito de ganar una competición con otro cibernauta, optimizar su computadora, usar otros numerosos servidores, etcétera.
h) El comportamiento adictivo le hace perder sus relaciones sociales, aislarse, fracasar en su trabajo, «hacer novillos» (irse de pinta), falsear calificaciones escolares y renunciar a la mayoría de las oportunidades educativas que se le ofrecen.
i) Satisfacer su necesidad apremiante de adquirir el último programa le lleva a pedir dinero prestado y a endeudarse con amigos y compañeros.
4. El comportamiento de adicción a la informática no se explica mejor por la presencia en el usuario de cualquier otro trastorno psiquiátrico, con independencia de que también pueda padecerlo. Los criterios descritos constituyen sólo una propuesta tentativa, dado el vacío de criterios existente y la imposibilidad de establecer este diagnóstico sin el oportuno marco de referencias.
En mi experiencia, es frecuente encontrar en el adicto a la computadora otros diversos trastornos psicopatológicos. Por el momento, es muy difícil establecer si hay entre ambos algún tipo de relación causal, interacción o comorbilidad, o si son sólo dos procesos que evolucionan de forma completamente independiente. Esperemos que la experiencia clínica futura pueda poner un haz de luz sobre este problema.

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