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martes, 11 de febrero de 2014

Observando, viendo y viviendo lo que socialmente va ocurriendo en éste país, y bien digo va ocurriendo, dado que no va pasando, pensaba en aquella frase maravillosa de Moffat y en su libro "Terapia de Crisis":
“La Terapia de Crisis tiene como fundamento epistemológico la filosofía existencial, que percibe al hombre como un proyecto, un ser arrojado a su futuro. Las crisis psicológicas ocurren ante transformaciones inesperadas. En los momentos de discontinuidad de esa aventura del existir, el yo queda solo y paralizado. La mirada del otro es lo que me define, yo existo en ese transcurrir del encuentro con el otro, si no me comunico se detiene la vida y me enfermo. "
Y leyendo un excelente trabajo de la Lic. Diana Cacciola quien es Profesora Adjunta del Departamento de Psicología y Psicología Social Universidad John F. Kennedy, publicado en marzo del 2012, y titulado "LA PSICOLOGIA SOCIAL ANTE
SITUACIONES CATASTROFICAS", elijo y transcribo el siguiente párrafo intento completar la idea de base.
"Los fundamentos de la Psicología Social apuntaron desde un comienzo a tomar en cuenta al individuo y las circunstancias sociales que lo rodean. Circunstancias que inciden en todo su ser, ya sea físico, emocional, psíquico o espiritual. Y muchas veces esas circunstancias irrumpen e interrumpen su pro-yecto, su ser en el mundo y lo ponen cara a cara con la muerte.
En nuestra sociedad occidental y exitista, cuesta mucho hablar de la muerte. Es un tema negado y temido a la vez, como algo que es necesario ocultar (salvo para la tapas de algunos medios de comunicación que sacan mucho provecho de ella, pero que no ayudan en nada, muy por el contrario, con su morbosidad y falta de respeto generan más confusión, dolor y ansiedad).
Qué respuesta da la Psicología Social Aplicada ante estos casos? Alfredo Moffatt, discípulo dilecto de Pichón Riviere y psicólogo social, en su libro “Terapia de Crisis. La emergencia psicológica” dice al respecto: “ Yo me especialicé en Terapia de Crisis porque en nuestro país no hay una concepción de emergencia en psicoterapia. Supongamos que en la medicina no hubiera una concepción de emergencia y el médico tuviera que decirle al herido en un accidente: ... En Noviembre y Diciembre, yo había sido convocado para trabajar con los familiares y sobrevivientes del incendio de un supermercado en Paraguay, el Ycua Bolaños (1/8/2004). Realicé allá, para profesionales involucrados en salud mental, seminarios de terapias de emergencia, de crisis y de utilización de psicodrama entre otras técnicas, para ayudar a los afectados en la elaboración de esas escenas tan traumáticas, esas vivencias desgarradoras. A pedido de ellos, volví a Paraguay para pasar Navidad con los familiares. Y al día siguiente de mi regreso, por la noche, sucedió lo de Cromañón a cuatro cuadras de mi casa. Me avisaron, fui enseguida y allí ya estaba Carlos Sica, con el equipo de EPS (Emergencias Psicosociales). Me dieron un guardapolvo blanco con la sigla del EPS como el que usan ellos ya que con eso teníamos acceso a todo, como los policías y los médicos.
Trabajamos toda la noche....Yo me quedé cerca de los treinta primeros cadáveres, porque era allí donde se producían las situaciones más dramáticas, ya que el pariente al reconocer el cuerpo de un ser querido, sufre el primer impacto, el shock , con una regresión tan aguda que presenta características casi psicóticas y es allí donde se puede ser más útil aplicando una técnica que nosotros desarrollamos y que llamamos maternaje....(consiste nada más y nada menos que en un abrazo, una contención física, donde cualquier palabra está de más, un abrazo que llegue al momento del llanto, del suspiro, del grito más doliente). Al día siguiente, 31 de diciembre, no paré en todo el tiempo....Organizamos un equipo de ayuda al que llamamos Bancavida....suponemos que la imagen de un psicólogo clínico está asociada con la de alguien que interroga y lo que menos quieren los chicos es andar respondiendo cuestionarios. … También funciona en ellos un mecanismo de negación razonable: desvían la angustia y el dolor hacia la bronca y la exigencia de justicia. Pero si esto se prolonga en el tiempo y no se elaboran adecuadamente el dolor y el duelo, las consecuencias pueden ser fobias, pesadillas, somatizaciones, etc....No existe el “psicólogo contenedor” que les permita elaborar el duelo desde la cultura adolescente, y dentro de una estructura grupal... La gran tarea del familiar y también del sobreviviente es realizar el duelo. Esto es imprescindible porque >el que evita el llanto, después deja de reir> porque para no llorar hay que endurecer la cara, que luego te queda dura y no podés reír...
Yo pienso que el duelo es simétrico y opuesto al parto: el parto, que es doloroso, es el pasaje de una persona que está adentro, hacia la realidad, hacia afuera y la operación contraria también es dolorosa porque es hacer que alguien que está afuera, en la realidad, entre y se quede en nuestro corazón. Muchas veces, para esto se requiere ayuda terapéutica, porque tal vez entre el que quedó y el que murió existió algún conflicto que quedó sin resolver. Entonces, después del shock, es preciso lograr que el que se queda sostenta, en su mente, el diálogo de despedida en el que queden resueltas las diferencias que pudieron separarlos, situación ésta que es muy frecuente entre hijos y padres adolescentes.
En ese diálogo imaginario,el que quedó debe poder decir lo que no había podido decir antes y también debe escuchar lo que no escuchó en una despedida que no existió por lo brutal e inesperado de la tragedia y que hay que realizar imaginariamente. En una separación, lo que cuenta no es el cuerpo, sino la historia que vivimos con esa persona. El cuerpo es el sostén de esa historia de vida, y la memoria de esa historia es lo que hay que incorporar....
La terapia de crisis opera con el psicodrama y el grupo operativo de Pichón Riviere, es el instrumento básico para elaborar catástrofes de este tipo, que son sociales y no individuales. En las catástrofes grandes se debe trabajar a nivel grupal, nunca individual, y especialmente con los jóvenes que tienen una cultura grupal...
Nosotros en Bancavida, trabajamos con un esquema de tres momentos del duelo y esto nos organiza los abordajes para ayudar a elaborarlo. Estos momentos son:
Etapa 1 Shock psicológico:
La primera es de shock psicológico, el reconocimiento del cuerpo del ser querido produce una intensa regresión, se detiene el tiempo y el espacio. El psiquismo entra en un vacío insoportable. En esta etapa es necesaria una asistencia corporal basada en terapias psicodramáticas para que se restituya la percepción de la realidad. Luego pasado el shock, se produce la catarsis de llanto y se abre la posibilidad de diálogo que permite socializar el dolor, ponerlo en palabras, poderlo transmitir y compartirlo (con-partirlo).
Etapa 2 Diálogo de despedida:
Luego de varios días se entra en otra etapa que es poder realizar el diálogo de despedida que no pudo ser por lo imprevisto y brutal de la separación. Se emplean entonces técnicas que estimulan y acompañan el diálogo interior, que va transformando el vínculo real en vínculo subjetivo con el ser ausente. Es el momento de las frases que no se pudieron decir: “...te quiero mucho y nunca te lo pude decir...” “...perdoname por...”. Para esta tarea desde un caldeamiento grupal se utilizan objetos intermediarios, almohadones o yo auxiliares.
Etapa 3 Recrear la vida cotidiana:
La última etapa es reconstruír la trama cotidiana reparando los vacíos que deja la persona querida en la vida diaria...en el almuerzo familiar de los domingos,en los espacios que se compartían, etc.
El dolor en esta etapa es ya más suave y lo normal es que al año se cumpla la tarea de duelo. En caso de duelos patológicos se va a requerir más tarea de ayuda desde una terapia de base existencias que restituya el sentido de la vida frente al tema de la muerte. “Los muertos no mueren realmente, siguen viviendo en el corazón de los seres queridos”...
...esta es la Terapia de Crisis que fui desarrollando a través de más de cuarenta años de trabajar en
la reparación de situaciones dolorosas...
Como hacía referencia Alfredo Moffat, el modelo a seguir fue iniciado por Pichón Riviere, quien fue uno de los precursores en empezar a vislumbrar un trabajo basado en la contención grupal, en los casos de catástrofes, sobre todo en el estudio de la inundación como tema típico de la situación catastrófica, que a él mismo le toco vivir."

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